Cuando cae la noche y el viento con fuerza me abraza, siento tus labios tan frescos y suaves en mi frente.
Cuando cae la noche y las flores nocturnas liberan su perfume, tu aroma de madera y azafrán se desprende de mi almohada.
Cuando cae la noche y la luna me envuelve en su luz, siento tus brazos tan firmes y tiernos alrededor de mi cintura.
Cuando cae la noche y miles de luciérnagas su danza comienzan, tus ojos de obsidiana me miran desde la oscuridad.
Cuando cae la noche y la niebla empieza a espesar, siento tu presencia muy cerca de mí con total claridad.
Cuando cae la noche y la magia nos imbuye, es entonces cuando te vuelves parte de la realidad.
lunes, 7 de noviembre de 2011
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